Ricardo Moreno  Fundador TSMGO, dice que se produce la paradoja de que el coronavirus ha hecho que re-evaluemos todo que sometamos a revisión lo que somos y ahí el branding como disciplina tiene mucho que decir.

En primer lugar, ¿cómo le va a usted y a su familia en estos tiempos de COVID-19?

Por encima de mi situación personal está la terrible pérdida humana que hemos vivido y el desafío que nos ha supuesto como colectivo y sociedad el azote de la pandemia. Desde estas líneas un recuerdo emocionado para todos aquellos que hemos vivido de cerca las ausencias de los más queridos. Creo que, al menos deberíamos sacar como aprendizaje positivo el hecho de que todos nos repensemos y entendamos las relaciones desde una nueva óptica.

 

Háblenos de usted, de su carrera, de cómo fundó o entró en esta empresa

En el año 2009 después de una carrera razonablemente exitosa, según las coordenadas convencionales de posición, reconocimiento y retribución y de pasar por posiciones de Dirección de Marketing, Comercial y Dirección General,  libero la pulsión interna, que siempre había estado presente, de crear riqueza para mi en lugar de para otros. Riqueza no entendida en términos económicos y sí en proyectos atractivos, un lugar en el que desarrollarme en compañía de algunos locos que buscaran algo similar. Como no era el mejor contexto para abandonar la seguridad de un puesto directivo, decidí darme un homenaje con el nombre de la compañía y reivindicar, gracias a la letra de una canción, que pasase lo que pasase, el show debía continuar.
Fueron unos años de mucha incertidumbre en los que poco a poco conseguimos encontrar nuestro camino.

¿Cómo innova su empresa?

Hay dos dimensiones fundamentales en las que estamos innovando, una la propia dinámica que los clientes te llevan a incorporar de estar permanentemente incorporado nuevo conocimiento o nuevos caminos y otra en la manera de entregar valor, cada vez hay más empresas que se dedican al branding y la propuesta debe incorporar elementos de valor que propicien la elección y la conexión con ese perfil de cliente.
Se produce la paradoja de que el coronavirus ha hecho que re-evaluemos todo que sometamos a revisión lo que somos y ahí el branding como disciplina tiene mucho que decir. Estamos viviendo un momento en el que las marcas y las empresas tienen que encontrar su lugar en el mundo, esta situación ha hecho que se vieran las costuras de muchas organizaciones que no han sabido reaccionar y adecuarse a la situación, siendo inflexibles, incluso distantes y otras que han leído bien el contexto en el que nos movíamos y han arrimado el hombro. Nosotros en este sentido, junto con otras empresas sensibilizadas, pusimos en marcha una acción de captación de fondos para investigación contra COVID con muy buenos resultados.

         ¿Ha tenido que tomar decisiones difíciles y cuáles         son las lecciones aprendidas?

La decisión más difícil y a la vez más fácil fue ponerme al servicio de muchos clientes que estaban atravesando una situación delicada y darles cobertura dejando al margen los contratos o acuerdos que teníamos con ellos. La lección es que teníamos que volver a reencontrarnos, a lo básico a nuestra esencia, eliminar lo superfluo y focalizar esfuerzos.

¿Qué herramientas específicas, programas informáticos y habilidades de gestión está  utilizando para superar esta crisis?   

Creo que, como la mayoría de las empresas, nos hemos dotado de todos los recursos disponibles para poder hacer una gestión de los proyectos menos física y más deslocalizada.
Antes del confinamiento ya teníamos en la nube todos los recursos y no fue traumático el cambio, sí que echamos de menos el contacto humano y el poder aportar de manera conjunta en nuestras sesiones de estrategia y creatividad porque son más fluidas en persona que a través de plataformas.

¿Quiénes son sus competidores? ¿Y cómo piensa mantenerse en el juego?

Si por competidor entendemos a aquel que erosiona tus márgenes el espectro es amplio, desde quien da un consejo de amigo hasta empresas globales que afronten proyectos de branding…en un mundo globalizado hablar de competencia quizá no tiene mucho sentido, especialmente ahora que muchos nos agrupamos para cooperar en proyectos con el propósito último de que la propuesta de valor sea más contundente.
Bienvenida sea la competencia, soy de los que cree que la oferta genera demanda.

Sus reflexiones finales

Todas las grandes empresas han sido pequeñas en algún momento, no es  tanto cuestión de tamaño como del valor que aportes al mercado y la conexión con tus clientes.