Las empresas que piden un informe de auditoría poseen una gran herramienta

Este tipo de documentos se entrega tras el estudio pormenorizado de las cuentas por parte de expertos auditores y ayuda a mejorar.

Todas las empresas buscan el mismo fin, ganar dinero con la actividad que realizan y que los activos sigan creciendo. Sin embargo, pueden existir escollos en los que esto no ocurre, pero también, que no se esté optimizando al máximo las posibilidades de la compañía o simplemente que no se tengan las armas y los datos que lleven a implementar mejores modelos para optimizar las ganancias. 

Para alcanzar esos fines, lo que suelen hacer las compañías es contratar un informe de auditoría, que consiste en un documento que evidencia la situación económica que atraviesa la compañía cliente, y se hace a través de la opinión profesional de expertos auditores, que serán los encargados de llevarla a cabo. La obviedad dice que, para que este informe tenga la máxima validez, será preciso que el profesional o el equipo que audite, sea externo, ya que eso mantendrá la neutralidad del informe, que es lo que verdaderamente interesa. 

Además, la Ley de Auditorías marca unos parámetros mínimos, e información que debe incluir todo informe que se precie de ser legal, para servir como herramienta útil a la empresa, compañías o administración que solicite este tipo de auditoría. Concretamente, esos datos esenciales son tales como la identificación concreta de la empresa sobre la que pesa la auditoría, y al mismo tiempo, se deben reflejar los nombres de los cargos de esa compañía que solicitaron el informe. Después, también, se introducen una serie de formalidades estructurales. 

Para finalizar con ese modelo legal, hay que dejar claro que los administradores de la empresa auditada son los encargados de las cuentas anuales auditadas, al mismo tiempo, que los auditores asignados se responsabilizan del informe final presentado, así como de sus pormenores. 

En esta misma línea, cabe decir que el informe de auditoría determinará, en su conclusión, la opinión del auditor sobre si la compañía cumple, o no, con la información financiera aplicable. Al mismo tiempo, verá si la propia contabilidad traslada una imagen fidedigna de la empresa. En cualquier caso, el informe final del auditor proporcionará su opinión en torno a las cuentas, teniendo como base las evidencias contables y financieras del cliente.

Conclusiones de una auditoría 

Son esenciales para el cliente, ya que según lo que desprenda, el informe será la herramienta más valiosa para implementar medidas o poner paliativos, por ende, en el proceso del informe de auditoría, el paso final es cuando el auditor responsable arroja las conclusiones basadas en las evidencias y los datos analizados con una opinión. 

En este aspecto, hay que dejar claro que esa opinión puede decantarse hacia cuatro vertientes bien diferentes, concretamente, puede dar una opinión de forma:

• No modificada o favorable: en este caso, el informe de auditoría concluye que el estado financiero de la compañía cumple, perfectamente, con el conjunto de normas y leyes financieras que se aplican en el caso.
• Con salvedades: aquí, el auditor da el visto bueno, pero hace constar algunas salvedades. Puede deberse a que el auditor haya detectado una serie de incorrecciones materiales, pero no tienen la importancia suficiente como para afectar al conjunto global de los estados financieros de la empresa auditada. 
• Desfavorable o adversa: este informe de auditoría puede arrojar una opinión negativa. Esto pasa cuando el experto determina que hay graves escollos que afectan directamente al estado financiero de la empresa y, por tanto, tiene que concluir con esta opinión poco deseable. 

Denegada o abstención de opinión: aunque también se puede dar el caso de que la opinión sea el de la denegación de esa opinión o la abstención sobre la misma. Esto pasa cuando no se cuenta con las evidencias suficientes para poder argumentar al respecto. A pesar de ser situaciones muy poco habituales, puede ocurrir cuando son múltiples incertidumbres las que acechan a la opinión del auditor.

Cerrar una auditoría

En definitiva, el fin último de un informe de auditoría es poner sobre la mesa esas opiniones, razón por la que se convoca la reunión de cierre. Es en ese acto, donde el auditor presenta al responsable del área auditada o de la empresa, el conjunto de conclusiones y parámetros favorables, o no, para que se comprenda que los resultados de la auditoría son válidos. 

Por último, cabe señalar que los auditores han de fomentar todas aquellas recomendaciones que tengan como finalidad última, la mejora de la fiscalidad de la empresa, así como promover acciones correctivas y preventivas, en el caso de que haya que aplicarlas.